Definición de empatía

Hablando con una amiga sobre el virus, ella me decía:  Por supuesto que esta situación da para levantar la conciencia y hacer un análisis personal.

Antes yo le había hablado sobre la utopía, la cosa del sueño social y toda esa charambolada que suena absurda de buscar y que hoy algunos llamamos hacer el Bien Común.

Ella continuó:  La utopia, como siempre, sigue ahí para seguir caminado. Mientras más avanzamos, ella más se aleja.

Aquí, me quedo pegado: "mientras más avanzamos".

Amiga, sólo llevo hermosas memorias y en el corazón, un amor de amigos imposible de olvidar. No te lo vayas a tomar a mal, no quiero armar una pichanga de futbol callejero, resultaría una distracción sobre el balón ante la importancia de un post en Facebook. Me niego a dejar mis canicas escondidas, por la vergüenza de mis 60 años. La pantalla, detrás de lo que escribo, me muestra dos trompos con su soga enrollada.


Más que avanzar vamos olvidando; como la chuleta que me dio el Guatón Walter, cuando queriendo darle al balón plástico que el viento desvió, le dio a mi canilla. Ésa dolió, me dejó un huevo en la tuerta, que para mi es la derecha; pero nunca olvidamos nuestra amistad. Ahí no hubo rencor, nos debíamos como amigos, caminábamos abrazados, reíamos. Hoy hasta los hijos nos miran sin tiempo, sin entendimiento de aquellas cosas simples. Es cierto, hay más tecnología y dejamos que ésa nos arrebate lo humano y a los que nacieron con ella, no les dimos tiempo para que conocieran un balón plástico, o lucieran un morado en la pierna del cual reírse por días. No tuvimos tiempo para ellos, había que trabajar y pusimos los Nintendo a realizar nuestra labor.
El sueño utópico está más vivo que nunca antes, con esos millones de desplazados, con esos millones de estómagos vacíos, con miles muriendo por enfermedad curable y hoy por un nuevo virus. Con millones de médicos exponiendo su estado por el bien social, con otros atendiendo en los supermercados y choferes transportando. Con nosotros en las casas encerrados y muchos atormentados, ¿cuándo me cesarán? Mientras más avanzamos esos otros con millones, más tienen; mientras nuestros millones compartiendo en las redes toda clase de ruegos, humor e ideas para pasar la cuarentena. ¿Cuántos, antes de todo ese tiempo en pensar algo que creemos será inteligente y nos hará brillar en aquel sitio social, hemos ido donde el vecino hoy desempleado, a preguntar qué necesita, o llevarle una lata o un plato de comida pare él y su familia? 
No avanzamos amiga, perdemos nuestra humanidad y engrandecemos el ego.
Mis tíos, tu padre y muchos otros buscaron desesperadamente abrir el camino y en sus esfuerzos, nosotros nos hicimos pequeños acomodados y sin tiempo.
Bisabuelos que nos cuenten los horrores de hace 74 años, ya prácticamente no quedan. Nosotros, aun estamos para rectificar. 

La plática de mi amiga fue a:  La Declaración de los Derechos Humanos es tan bonita y tan perfecta en su redacción y contenido. Pura utopía, en la práctica es muy alejada de la realidad, y creo, seguirá siéndolo.

Aquel grueso artículo de Naciones Unidas, la Declaración redactada con un gran sesgo de bandos, donde un reducido grupo definió los derechos de los demás millones, asegurándose no les fuera a suceder a ellos.
Yo hablo de lo que cabría en menos de una línea escrita completa: Somos todos. Léelo como Tú, Yo, Nosotros, y no necesita ningún otro agregado.
Mientras un grueso edificio esté asentado en un lugar con una clara tendencia, todo lo que salga de ahí, no tendrá práctica ni validez.
Mientras sigamos con ansiosas expectativas la compra de nuestro siguiente modelo de celular, esa línea de la que te hablo, irá llenando un cuaderno entero, algo así como la Declaración y con muchos ARTÍCULOS inútiles. ¿Has notado la palabrita artículos?


Le escribí, ¿Utópico? Y aproveché de darle enseguida Mi respuesta, ¿cuál entonces una buena razón para vivir?  Me respondió:  Una buena razón para vivir podría ser el título de un grueso libro, seguro que muy entretenido.

Me encanta escribir y he llegado a la conclusión de que un buen libro no pasa por su grosor, sino por lo que nos deja.

A la utopía de la perfección está claro que nunca llegaremos, pero podríamos hacer mucho mejor nuestra condición humana y así como hoy aplaudimos y les damos las gracias a Doctores y trabajadores de la salud que están en la linea dura y muchos otros poniendo servicio para los demás, sería bueno preguntarnos, ¿qué puedo aportar desde el refugio que aun sostengo?
Empatía es un término dormido, frente a nuestra constante búsqueda del cociente intelectual, aquel que nos hará brillar en las pantallas de ordenadores, celulares, tablets.


Photo by Hudson Hintze on Unsplash

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