viernes, 29 de enero de 2021

Parte de mi vida.


No escribo para ustedes, escribo para los que no me leen.

Estoy en desacuerdo con mis amigos,  para que mantengan un pensamiento propio y no siempre me sigan.

Creo en la más absoluta independencia del ser humano, de aquel que piensa, razona y actúa cuando su hacer no provocará daño en otro.

No hago diferencias entre animales, soy uno de ellos. Diferente en muchos aspectos,  no mejor que ellos. Lamento no haber comprendido esto desde el comienzo,  me alegro de que hoy es parte de mí.

Algunos me han nombrado con diferentes adjetivos, unos buenos, otros a su manera. Simplemente entiendo que a medida que avanzo, avanzo y mientras voy haciendo, mi huella se va borrando.

El día que me toque cruzar por esa puerta, se que es inevitable. Lo haré seguro que por mí, otros no pasarán anticipadamente por ella.

No tengo más mandato propio que ser libre, honesto y respetuoso. Que así como lo exijo, lo doy.

No profeso religión, ni partido político, ni nación. La moneda es un instrumento de canje, sin ningún valor actual.

No discuto sobre lo que no sé. No digo lo que no sé. No comparto lo que no sé y menos si no he podido comprobarlo.

Busco que haya consecuencia entre mis palabras y mis pasos.

Soy pintor, amo los colores. Soy un enamorado, amo la diversidad. Amar es un asunto público, ¿a quién? Algo entre nosotros dos.

Afirmo que la nueva sociedad ha de estar cimentada en la educación, donde el maestro sea la profesión principal y enaltecer su práctica. Sin ellos, los demás ¿a quiénes nos debemos?

Por esto y más, escribo. No escribo para ustedes, porque ustedes ya me leen. Escribo y sigo haciéndolo, para esos que aún no están aquí leyendo. 


Photo by Mohamed Nohassi on Unsplash

¡Ah! Nuestra sociedad.

Todo comenzó con individuos asociados a un grupo, del grupo pasaron a la organización en clanes, tribus, pueblos, ciudades, ¡naciones! ¡Ahhh! Las naciones.

Reduciré a las ciudades. Mejor al individuo.

En la realidad más que sociales actúan acostumbrados. Si bien es la idea y dicho por Aristóteles, fundador del concepto, los seres humanos somos seres sociales.

Deseo enfocarme en un solo punto y con el objeto de reducir el entramado. 

¿Somos realmente un animal social?

Individual, en solitario, no podrían haber sobrevivido los primeros. La ley de supervivencia los llevó a asociarse. Seguro habrán tenido que salvar sus primeras disputas, pero la "lógica" se les puso delante. Luego estos grupos, bajo el mismo concepto, comenzaron a tener disputas con otros. ¡Que va! La historia ya la conocemos, corta; dos guerras mundiales, Vietnam, Seis días, Irak, Afganistán. ¡Ya! Lo dejo hasta ahí, el punto no es hacer una lista.

Vuelvo a la pregunta, ¿somos realmente un animal social?

¡NO! (Esto es una opinión personal y no digo tener la razón, pero en mi interior siento que ¡sí!)

¿En qué sostengo mi respuesta?

Se unieron para sobrevivir y así continuamos, porque por una u otra razón, las invasiones, las guerras, se han seguido sucediendo una detrás de otra, como las enfermedades. Buscamos a otros por la necesidad de protegernos. Pero, ¿protegernos por qué? ¿Acaso no somos animales sociales?

Vivimos en sociedad y aquí comienzan las excusas, las mentiras, lo establecido, los intereses, los etc., y que la mayoría toma por ciertas. "Mi nación es buena, la otra es el enemigo. Estos son idiotas, nosotros no. Tienen otras ideas que no sirven. Su religión es otra y está equivocada. Sus costumbre son bárbaras."

Creo que está bueno con eso, he marcado el punto.

No somos animales sociales. Bien podríamos vivir aislados y recurrir al otro en ayuda o por ayuda, lo que no nos hace social, nos hace necesitados.

No usan mascarilla por la razón que sea, pero lo más probable es que ésos, estén a la espera de ser vacunados. Un acto fuera de todo concepto social y con el deseo de obtener un beneficio social. ¿Existe lógica en éso?

Si fuéramos animales sociales todos estarían haciendo uso del cobertor y por el deseo de cuidar al otro de nosotros mismos. Se reduciría el ritmo de contagio, posiblemente habrían menos muertes y hasta posiblemente, se estaría en una etapa más abierta.

Si usted va a una guerra y no regresa, queda una familia sola, huérfanos, viudas, etc. Lo mismo sucede en el otro bando. ¿A quiénes por lo general no les sucede eso? A los promotores. A los encargados de evitarlas. ¿Son sociales?

Turno de la religión. Más de algún fanático lo dice y lo promueve: "Sigue a Dios, él te salvará". (¡Ah! atado al párrafo anterior, los sacerdotes bendicen las armas para dar muerte a otro. ¡Sí, a otro ser humano!) Que estos hacen aquello y está mal. Que es un hereje y lo queman (Hereje: con pensamiento propio) Que es adúltera y la lapidan, pero con quien lo fue, ¿lo lapidaron? La religión sostiene la existencia de una divinidad. Nadie puede sostener o afirmar que eso es cierto. Pero la idea en todo tiempo, ha dado buenos negocios. No se conoce pobreza económica en las religiones.

Una sociedad debería estar sentada en la educación y todas las naciones año a año le recortan el presupuesto, cada vez los maestros ganan menos y no es menos cierto, que en muchos sitios se aplica el dicho: "Si no te dio para más, eres profesor".  Los leemos, los admiramos, transformaron el pensamiento. A algunos de sus miembros todos los han oído nombrar, al menos eso, Aristóteles, Sófocles, Parménides, Nietzsche, Voltaire,  Descartes, Spinosa, Schopenhauer, todos maestros, profesores.

¿Cuándo fue que la sociedad les cambió el estatus a los maestros?

Cuando los han convencido que social son las páginas sociales en internet. Cuando lo importante eres tú y tu ego. Cuando lo más importante a exhibir es tu vida privada. Cuando lo más amoroso es saludar por facebook a tu familiar muerto, cuando acá ya la señal es mala, ¿cómo es que llega donde sea que esté el fallecido? Cuando un animal es más importante que tu vecino. Cuando no tienes que salir en cuarentena y te vas a la playa o tomas un vuelo. Cuando te quejas de las fiestas clandestinas y tú visitas a la familia, como si el virus hiciera distinción de títulos y parentescos.

Para no ir más lejos, a Schopenhauer lo llamaron pesimista. Hoy preguntas algo o no estás de acuerdo con algo, te llaman intolerante. A quienes exhiben la verdad documenta, los califican de terroristas y traidores.

En general al animal humano lo han transformado en antisociales y emocionalmente débiles, todo lleva un políticamente correcto.

Lo siento, para mí un idiota es un idiota y yo no soy intolerante.  

Creo que es tiempo de sentarse a ejercitar el pensamiento.

No vayas a un gimnasio, el ejercicio es distinto. No es un músculo como te han querido hacer creer, se nutre y se desarrolla con distinta maquinaria, en principio, siendo social.



Photo by Sara Kurfeß on Unsplash

lunes, 25 de enero de 2021

Léalo, pero entienda que no es para usted

 

La paz de la soledad es adictiva. Ni siquiera sentarse afuera y escuchar un pájaro trinar, simplemente la paz del silencio..., trinaron en conversaciones propias cruzadas; el viento produce un silbido al roce contra otras estructuras; el ruido del agitar de las alas del Colibrí parecen las de un enorme abejorro. La paz de la soledad de otros, es adictiva. 

Por ahí lo dijo Arthur Schopenhauer:

  • Un hombre sólo puede ser él mismo mientras está solo; si no ama su soledad, no amará su libertad, porque únicamente cuando está solo, es realmente libre.

Hoy día cuando me acerco por las redes de internet, donde se puede leer en todas direcciones y la mayoría de las lecturas, sin ninguna comprobación antes de su publicación, vuelvo a otra de sus célebres frases:

  • Las religiones son como las luciérnagas. Necesitan de la oscuridad para brillar. (Agrego, la política y la economía.)

Gasto muy poco de mi tiempo en las páginas que llaman sociales. ¿Cómo es que reciben ese apellido? Cuando en ellas está la soledad del individualismo. La ceguera de la imposible comunicación con quienes han dejado este mundo. La desinformación que conduce a errores.

Social podría ser una pagina de video llamada, donde se comparte un momento con otro u otros; pero social es salir de mall, de restaurante, de playa con aglomeraciones, en protestas sobre la mentira de una enfermedad, mentira que a la luz de los sucesos pareciera contener más verdad que falsedad.

Vuelvo a él: 

  • El médico ve todas las debilidades de la humanidad; el abogado toda la maldad, el teólogo toda la estupidez.

Unos afirman que el virus es falso y demuestran aquello con la desobediencia del uso de recomendaciones.

Otros aceptando su existencia, se quejan en contra de la autoridad por su falta de acción preventiva.

Más, simplemente no lo entienden. Usan mascarilla cuando no deben. No la saben portar. No entienden qué es distancia, qué representa ir solo dentro de un vehículo. 

Nadie más que uno mismo tiene la responsabilidad..., responsabilidad sobre su persona y lo que desee creer y hacer; lo que no lo autoriza a traspasarla a los demás cuándo: 

  • Usted no posee pruebas medicas de laboratorio de la inexistencia del virus.

  • Usted no puede negar las muertes por millares ocurridas.

  • Usted no puede demostrar en que un ser supremo lo salvará o éste sea su plan divino.

Lo único que usted puede y posiblemente ni eso sepa, porque es un idiota; es lo que sucede en su interior. ¿Sabe usted que el árbol que usted ve, no es el mismo árbol que su compañero, sí ése, el mismo que está a su lado, está mirando? Nuestra percepción de las cosas es personal. Común en el sentido de concepto. Pero todo lo que hay a su rededor, usted lo desconoce, ¿por qué? Porque no lo entiende. Usted lo asume y lo inventa acuñado en lo que la han dicho. Usted no puede comunicarse con su perro, usted asume. Usted no sabe como lo ve su perro, usted lo asume. De hecho usted no quiere a su perro, comenzando por el tipo de comida que le da. Si, me dirá que es práctica, que esta llena de vitaminas. Cómala usted. Si ni usted sabe que come, cómo lo procesan, cómo manipulan su alimento. Su religión, su creencia, un asunto aún más personal. Entienda que ésa es su fe y no tiene que ser la de los demás, ni siquiera la de sus hijos, porque esos no son suyos, solo están a su cuidado para enseñarles los primeros pasos. Las religiones se apoyan en tu propia oscuridad, la del temor, la del desconocimiento. Tener Fe, creer en Dios o como desees llamarle, es bueno, aquieta tu espíritu. Tu Espíritu, no el de otro. Eso también es un asunto personal. Lo tomaré por cierto, solo para lo que escribo: Jesús dijo apuntando en dirección a su pecho, éste es el templo del padre. ¿Estará afuera de usted?

Si usted ha leído todo, debe de entender que nunca me he referido a usted. Solo he puesto de manifiesto lo que nos rodea y la necesidad nuestra en NO suavizar la verdad. Nos quieren hacer vivir en una sociedad de débiles emocionales, todo les es ofensivo. Incluso decirle a un imbécil que es un imbécil. Reconocer que hay otros con otras inclinaciones y que es su asunto, privado. Que si se le murió un familiar, el dolor es suyo, que publicarlo el muerto no lo leerá, y éso, por si en vida nunca usted nunca le dijo que lo amaba o por el contrario, lo trató mal y hoy le pesa su consciencia.

Cuando salga de aquí, de esta página, haga una búsqueda de palabras y su connotación:

Blanco

Negro

Fe

Hereje (diccionario) Busque en otro sitio el origen de la palabra (del Griego hairetikós).

Tolerancia (Respeto a la libertad de los demás...)

Privado ( Estrictamente personal y que no interesa a los demás) 

 

 

Photo by Lucas van Oort on Unsplash

domingo, 24 de enero de 2021

Humanos

    

Alguien me comentó a raíz de un punto de vista personal, que "somos simples seres humanos". Y éso por esperar de mi parte, que seamos más humanos.

 

Si han sido capaces de producir dos guerras mundiales, solo dos guerras para hacer la historia corta. De tener en nuestras manos tecnología que amplio desarrollo. De poseer vehículos, utilizar vacunas y aún más, modificar la genética; salta a la vista la pregunta: ¿Somo simples seres?

  • Cuando se va a la guerra, tú quieres o te imponen matar a otro.

  • Cuando participas de un torneo, es necesario imponerse sobre el otro.

  • Cuando votas quieres que triunfe tu voto por sobre los otros.

Éstas algunas que he descrito, son ejemplos de conceptos errados, arrogantes, manipuladores y que estúpidamente se aceptan:

  • Si no voy a la guerra, seré un cobarde. Seré traidor a la patria. Entonces debo matar por otro. Pero olvidamos que existe el rechazo por consciencia. ¿Cuál es la razón para dar muerte a otro? ¿No existe la palabra? ¿O se lucha por los intereses de algunos?

  • Si solamente juegas por diversión, tienes mentalidad de perdedor. No te entregas por tu equipo. ¿El juego contiene parte de nuestra grandeza, la de compartir y divertirse? ¿Por qué ha de ser otra batalla?

  • No votas, porque los candidatos no te parecen, luego no tienes derecho a opinar sobre tu sociedad. Tu país no te interesa. ¿El voto es una manifestación para elegir una democracia amplia? o ¿El voto es hacerlo por el mal menos dañino?

Conste que solo tomé tres situaciones y para ejemplificar, no son las únicas. Por desgracia.

 

"Simples seres humanos"

Hoy en día el cuidarse del virus no es por ti, el uso de mascarilla, mantener la distancia es alejarte de ti, pensar en los demás y protegerlos de ti mismo. Cuando haces ésto, estás dando sentido al más puro sentido de humanidad, estar junto a los demás.

Cuando alguien niega lo que está sucediendo, diciendo que el virus no existe, está llamando a ser él, individual y sin tener pruebas científicas de lo que dice. Está llamando a matar a otro, ése es un simple ser humano. Y cuando se le cuestiona con una pregunta, acusa a su interlocutor de intolerante. Ése es un simple ser humano.

Cuando alguien llama a confiar en dios y dejarse estar en su deseo y protección, ése es un simple ser humano. Es solo él y diciendo algo que desconoce, pero que si él toma como verdad deberá ser verdad para los demás. ¿Qué diferencia tiene con las sectas del fin del mundo? 

No somos simples seres humanos. Podríamos ser seres humanos, nunca simples. Lo que sucede es que estamos plagados de simples seres idiotas.



  Photo by Marcus Wallis on Unsplash


 

sábado, 9 de enero de 2021

Mis propias excusas




Me despierto, con la típica modorra. Luego, me estiro con la habitual flojera y a seguir con las rutinas del encierro. ¡El encierro!
Al pasar junto al mesón en la cocina, oigo el móvil. ¡Obvio! La cago. No me aguanté el tomarlo y leer en su pantalla. Los números siguen subiendo. Es el resumen del apps de noticias.
De las contadas excepciones donde bajan, ni pito. Nadie comenta en un artículo o en una editorial. Eso, no es noticia. Que por lo demás, serían dignas de imitar, si les prestaran atención.
Los números continúan abultándose y me inquietan. No sé a los demás. A mí, sí.
Ahora se me va la puteada. ¡¿Cómo es posible...?!
Vuelve a sonar el móvil.
—¡Que se vaya a la chu cha!
Lo contesto. Es mi amigo Juan. Es como mi hermano.
Luego de un rato de conversar lo típico, le digo:
—¿Has visto cómo siguen subiendo los casos?
Me responde ¿Y? Dejándome en silencio por unos minutos. Parece que a éste huevón, tampoco le importara.
—¿Cómo qué ¡Y!? —Le digo en el esfuerzo de hacerlo pensar.
—Sí. ¿Y? ¿Qué harás?
Dele con la huevada.
—Puta compadre. ¿Cómo esos huevones no van a entender? ¿Es muy difícil quedarse en casa? ¿Necesitan andar hueviando en fiestas, mall y otros sitios? Puta, aprendan a cocinar en vez de salir de restaurant.
—¿Qué hiciste para Navidad?
Me pregunta con su acostumbrada tranquilidad.
—Fui a ver a mi vieja. Vive con mi hermana y mis sobrinos.
—Compadre. ¿Qué chuchas haré con usted?
Me responde.
Acá, es cuando
quedó la cagada. En principio me molesté con su argumento.
—¡No es lo mismo!
Dije estúpidamente.
Tu madre y tus sobrinas —dijo,  —están siempre en casa. Se cuidan. Tú, te cuidas. Tu cuñado, o sea, el marido de tu hermana; está obligado a ir al trabajo. Pero digamos que también se cuida mucho.
Claro, no hay que olvidar que tu cuñado tiene padres y los fue a ver de una carrerita. Si lo entiendo. Los papás de él, también se cuidan. Y los fueron a visitar sus otros hijos y ¡los nietos! Están tan grandes.
Bueno, esos nietos, ayer pasaron a ver a sus amigos. Solo cinco minutos para saludarlos.
—¿Me quieres hablar de los huevones que salen? 
Termina preguntando.
—¿Por qué callas?




Ropa usada y reparada / Upcycling clothing

No deseo salvar el mundo, incluso no deseo salvar a nadie, solo camino estando en paz conmigo y en ese andar, he ido haciendo cosas que pued...